lunes, 20 de junio de 2011

Ruta nocturna Ayagaures

Sábado 18 de junio.


Este sábado realicé mi primera nocturna. Desde que propuesieron una nocturna estaba ilusionado ya que nunca había salido de ruta nocturna. La semana la pasé diseñando como montar las linternas, la mejor forma de llevarlas, tendría o no la suficiente luz, en fin, me la pase haciendo lo que más me gusta y todo giraba alrededor de la bicicleta.



Tras un buen tiempo sentado en mi silla de playa y mirando la negra y blanca bicicleta, y de reojo la no muy vieja y noble B-Pro, tras trastear mil y una vez en la caja de herramientas, sacar cajas de zapatos, preguntarme donde estará el tornillo X, o la goma H que desmonté de la bicicleta que me encontré, después de responderme mil y una presguntas, llegó la solución, y todo pensamiento tenía una corta y fugaz respuesta. En fin, llegó la solución que creía era la mejor. Pongo las fotos:



La arandela gris, la tenía desde hace bastante tiempo, la compré para sostener la canasta de la bicicleta de mamen. La negra, más antigua que la anterior, como soporte de las alforjas.


Corté un trozo de tubo roscado que que introduje en la abrazadera gris y la sujeté con una tuerca.La puse a la linterna gris una goma para que la abrazadera negra no la rayase y le puse otra tuerca en la parte superior para que la linterna no se moviese.

Así quedó el inventito final.

Puse dos linternas con este sistema. Otra linterna de dinamo la puso encima del soporte del cuentakilómetros. Y otra linterna de leds también en el manillar. Y una final, frontal en el casco sujeta unas bridas.

¡Parecía que iba alumbrar a la catedral de Las Palmas!. No, ya contaré.

Llégó el día, y a las 7'30 estaba en Vecindario cargando las bicicletas en mi coche. Tras los abrazos de los bikers, nos dirigimos hacia el Centro de Salud de Maspalomas. Los compañeros estaban esperando, cortadito y mierda de cigarrito y en marcha.

Todavía era de día y comenzamos por carretera la ascensión hasta la presa de Ayagaures. Son unos 9 km., creo, que se empinan al final, bastanteeeee. Llegué y me estaban esperando, tomamos unas cuantas fotos y continuamos la ascensión. La noche no había llegado aún. A ritmo acompasado, unos delante y otros detrás, entre risas, machacábamos los kilómetros. Un pensamiento repetido, una y otra vez, pasando por la curva y posterior puerta de la finca de Ventura, de los viajes que hemos realizado juntos y que pena que no quiera hacer bicicleta.

Un último suspiro y llegamos a la última subida. Roque que domina el paisaje y el barranco. Mirada al cielo, y aquí había que pensar en encender las luces y así lo hicimos el grupo.

Lo peor ya había pasado y de aquí en adelante, había que tener más cuidado, puesto que hasta el final de la ruta, todo era bajando. ¿Recuerdan que le dije que parecía que llevaba luces para alumbrar la catedral de Las Palmas?. Pues parecía que no eran lo suficientemente potentes como para iluminar a ningún Santo, más bien parecían las velas que se le ponen a éstos.

Pensé que era debido a que estaba anocheciendo. La noche se acercó con más rápidez y ese manto negro, fresco y silencioso se hizo omnipresente. La velocidad con la que bajábamos estaba entre tortuga y columna de hormigas. Las luces no valían un carajo. En varias ocasiones las rediccioné, pero nada. A lo echo pecho y despacio pero con "seguridad", comíamos camino , con las paradas correspondientes, unas veces esperando al resto del grupo y otra vez, por uno de los abatares de todo ciclista, pinchazo.

El tubeless de Jesús no hizo su función, pero esto viene bien para charlar, chistes, risas, etc. Tardamos más de la cuenta, porque tuvimos que desmontar la rueda dos veces, la cámara de repuesto de Jesús estaba pinchada.

En unas de las pocas veces que el camino me lo permitió, arriba, vi a la policía estacionada en la carretera. Seguramente, en un primer momento, se preguntarían que son esas pequeñas luces, ¿ánimas?, ¿luciérnagas?, después de su deducción, apostarían, si eran dos, tres o más. Ya me dirán ocho horas juntos, rondando en el coche, mirando de un lado para otro, imagino que dan para mucho. Cualquier cosa que los desvíe de su monotonía debe ser una alegría.

Llegamos al Centro de Salud, sanos y salvos, sin ninguna caída y con la alegría y el buen sabor de boca de mi primera nocturna.

Mañana saldré nuevamente, las cosas del querer, no termina una y estamos pensando en otra.

Un fuerta abrazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario