lunes, 25 de abril de 2011

Telde Piconera Pasadilla Burrero Telde

Día 22 04 2011 (44 km.)

Me levanté como de costumbre sobre las 06'00 h. Desayuno de galletas y vaso de leche, habitual los sábado y los domingos, aunque hoy no lo sea, pero hoy no tenía ni idea de dónde iba a ir. Tras conversar con mi yo, se me ocurrió hacer esta ruta. Sobre las 07'10 h. el día había aclarado, y disfrazado de ciclista, me dirigí hacia la Piconera.

Lomo Cementerio, y comienza el ascenso. El día no estaba ni bueno ni malo. Simplemente, estaba bien para pedalear. Tras subir el primer gran repecho, paré con la excusa de tomar una foto con el fondo de la ciudad de Telde. Continué el camino, y subida hasta encontrarme el primer ser humano, fue en el Pozo, situado al lado del camino, y bien conocido porque allí era mi lugar de descanso cuando salía a caminar. Eran las 08'00 h. y unos metros más adelante, donde se encuentra una cadena con indicación de "no motos" ya había una pareja de personas mayores, que por la instalaciones que estaban preparando parecía que se iba a celebrar un banquete. Cuando estaba en la piconera, un descansito, me vino a visitar el guardián, supongo, porque llegó con el coche, miró y se marchó.

Localizada la torreta de la luz, seguí mi camino, recordando que el sábado pasado había estado la peña por allí, pero esta vez tomaría el camino de la derecha. A partír de aquí todo era nuevo para mí. Aquí empezaba con el GPS, que como el día estaba regulín por lo menos me permitía ver la pantalla y cada vez que quería mirarlo tenía que hacer una parada. El segundo rastro de humanos, me indicaron tras mi pregunta que el camino hacia La Pasadilla no era por allí, pero el GPS decía lo contrario. Tras hacerle caso a los señores y llevar unos 200 metros pensando donde leches estaba el camino, me paré a reflexionar, vi al fondo una senda que seguramente nadie había pisado en meses. Nueva reflexión, Fernando vas sólo, no te metas, si continúas, las cuestas no se acaban nunca, si vuelves todo el camino es cuesta abajo, etc. ¡Que leches, vamos palante!.

Camino que efectivamente, nadie había pasado durante mucho tiempo. Las cuestas se unían unas con otras, pero seguía siendo temprano, con lo que el margen de volver en el caso de no continuar era bueno. Por fin, las casas se hacían cada vez más frecuentes, indicación que de que la carretera no debía estar muy lejos. Algunas partes del camino comenzaban a ser de cemento, hasta llegar a ser una pequeña prolongación de la carretera. Cuando la divisaba, la verdad que me dió una alegría, pero a su vez tristeza, ya que finalizaba las subidas sin una cuesta abajo donde disfrutar de la velocidad. Platanito para tomar fuerza, ida al baño del campo, y claro el papel lo había dejado en casa.

No volví a mirar el GPS y fué un error, ya que después de un trozo de carretera, venían los LLanos de Deán. En el primer Bar me paré a tomar café y como era temprano y David me había llamado el día anterior le envié un sms. Respondió con lo que después del café me dirigí hacia el Burrero, y me estubo comentando que se quería comprar una doble y que el coche ya lo tenía vendido.

Tras la conversación yo proseguí mi camino, el camino que tantas veces he realizado, mi bicicleta y yo, solos conversando. Unos dicen si las paredes hablaran, yo digo si mi bicicleta hablara.

Caminito y pedaladas suaves hasta Telde y piernas muy cansadas, a pesar de ser sólo 44 km. y sufrimiento en el día de mañana, pero esto lo dejo para el próximo post.

salud y bicicleta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario